Simón, fundando sobre una roca que no es Pedro - 5

-TRADUCIDO Y EDITADO de The Interpreter Foundation, sujeto a revisiones y/o actualizaciones posteriores.

FUNDADO SOBRE UNA ROCA: implicaciones doctrinales y de templo del apellidamiento de Pedro.




-QUINTO CAPITULO

La Doctrina de Cristo y la Expiación.

El apellidamiento de Pedro a Jesús, “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”, fue un testimonio de la fe, una revelación, y una declaración de la doctrina pura.
Y sin embargo cuando Jesús se aparece a los Nefitas en 3 Nefi capitulo 11, Él enfatiza la importancia no solo de la fe sino además del arrepentimiento y bautismo posteriores.
Sus palabras no solo se dirigen a los propios miembros de la Iglesia, también a los líderes religiosos de Israel---los “constructores” de Salmos 118:22.
Él Dijo:
37
Y también os digo QUE DEBÉIS ARREPENTIROS, y volveros como un niño pequeñito, Y SER BAUTIZADOS EN MI NOMBRE, o de ninguna manera recibiréis estas cosas.
38
Y otra vez os digo que debéis arrepentiros, y ser bautizados en mi nombre, y volveros como un niño pequeñito, o de ningún modo heredaréis el reino de Dios.
39
De cierto, de cierto os digo que esta es mi doctrina; y los que edifican sobre esto, edifican sobre mi roca, y las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ellos.
40
Y quienes declaren más o menos que esto, y lo establezcan como mi doctrina, tales proceden del mal, y no están fundados sobre mi roca; sino que edifican sobre un cimiento de arena, y las puertas del infierno estarán abiertas para recibirlos, cuando vengan las inundaciones y los azoten los vientos. (3 Nefi 11:37-40, énfasis añadido)
Las palabras de Jesús en esta ocasión clarifican lo que quiso decir en Mateo 7:24-26 y 16:18-19.
La roca (petra) de la cual Jesús hablo en dichas ocasiones tiene que estar constituida no solo de un testimonio de la fe revelada de que Jesús es el Cristo sino además de un arrepentimiento, un bautismo por inmersión para la remisión de pecados, y un otorgamiento del don el Espíritu Santo.
La inclusión de Jesús de la frase “y las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ellos” (3 Nefi 11:39 - compárese Mateo 16:18) confirma que él está refiriendo que la plenitud de su Evangelio (del cual él es el punto focal) es la roca sobre la que la Iglesia y sus miembros deben ser edificados.

El mismo Jesús es la “Roca del Cielo” sobre la cual los santos como un templo son edificados (Moisés 7:53) mediante el Evangelio.
El templo es “la puerta del cielo”, y el Salvador mismo es el “guardián de la puerta” (2 Nefi 9:41) y aun la “puerta” o la “entrada”.

Noel B. Reynolds ha observado que Jesús alude en 3 Nefi 11:31-36 a lo que Nefi y posteriormente Jacob llamaron la “doctrina de Cristo” o los “verdaderos puntos de su doctrina”.
Su mandamiento en cuanto a arrepentirse y ser bautizado es una referencia merística (que desglosa implicitamente) a una lista de seis puntos enseñada consistentemente por los profetas a lo largo del Libro de Mormon:

  1. fe en Jesús el Cristo
  2. arrepentimiento
  3. bautismo
  4. el don del Espíritu Santo
  5. perseverar hasta el fin en fe, esperanza, y caridad
  6. salvación y vida eterna en el Reino de Dios.
Reynolds sugiere que la mención de uno de los puntos de dicha lista es una invocación implícita de los demás. Numerosos ejemplos en las escrituras podrían ser citados.

En 3 Nefi 18, Jesús instituye el sacramento de la santa cena en el templo de Abundancia entre los Nefitas y Lamanitas en memoria de su cuerpo resucitado---su “templo” reconstruido.
El Señor expone que la administración de esta ordenanza habilita a los participantes dignos a permanecer “edificados” sobre su “roca”--- el mismo y su evangelio:
12
Y os doy el mandamiento de QUE HAGÁIS ESTAS COSAS. Y SI HACÉIS SIEMPRE ESTAS COSAS, BENDITOS SOIS, PORQUE ESTÁIS EDIFICADOS SOBRE MI ROCA.
13
Pero aquellos que de entre vosotros hagan más o menos que esto, no están edificados sobre mi roca, sino sobre un cimiento arenoso; y cuando caiga la lluvia, y vengan los torrentes, y soplen los vientos, y den contra ellos, caerán, y las puertas del infierno están ya abiertas para recibirlos.
El punto de Jesús es claro: La ADMINISTRACIÓN y PARTICIPACIÓN digna de la santa cena PARA y POR los miembros de la Iglesia les mantendrá colectiva e individualmente “edificados sobre [la] roca” de su evangelio.
Sin embargo, el fracaso de los miembros y la Iglesia en edificar de este modo resultara en que la Iglesia reposara sobre un fundamento arenoso, susceptible a la derrota a manos de los poderes de las tinieblas en este mundo y en el mundo de los espíritus (“las puertas del infierno”).

La participación digna del sacramento habilita a los miembros de la Iglesia a retener la constante compañía de el Espíritu Santo y en consecuencia “aferrarse” a la revelación personal que les permitirá perseverar hasta el fin, entrar por “la puerta del cielo”, y ser entronados (“sentarse”) a la diestra de Dios con Abraham, Isaac, y Jacob (Helamán 3:28-30).
Entonces, el sacramento de la santa cena también es otro aspecto importante de la “roca” del evangelio.

Luego, cuando sus discípulos Nefitas y Lamanitas están discutiendo por saber cómo nombrar la Iglesia, Jesús enfatiza que una Iglesia llamada en su nombre es su Iglesia “si es que están FUNDADOS SOBRE MI EVANGELIO” (3 Nefi 27:8, énfasis añadido).
La idea acá es la de una iglesia / templo edificado/a sobre una roca de fondo.

Jesús adicionalmente promete que si la Iglesia esta “edificada sobre mi evangelio”, los discípulos---los lideres y “edificadores” de la Iglesia---pueden “pedir al Padre, por la iglesia,…y el Padre [los] escuchará” y que “el Padre manifestará sus propias obras en ella” (3 Nefi 27:9-10).

El señor personalmente instruyo a Hyrum Smith: “Edifica sobre MI ROCA, que es mi evangelio” (DyC 11:24, énfasis añadido).

Por otro lado, si una iglesia “no está edificada sobre mi evangelio, [y] está fundada en los hechos de los hombres, o en las obras del diablo,…gozarán de su obra por un tiempo, y de aquí a poco viene el fin, y son cortados y echados en el fuego, de donde no se vuelve.”
En otras palabras, esa iglesia sufre el mismo destino que un edificación construida sobre un fundamento arenoso o vacio.

Recordando que la actividad constructora del Señor en Isaías 28 era para “expiar” el pacto ilícito de Israel con sus enemigos Muerte e Infierno, nos damos cuenta que el Salvador también define detenidamente el Evangelio en 3 Nefi 27 como Su Expiación y como las ordenanzas necesarias para completamente participar de esa Expiación.

Sabemos por revelación moderna que el Evangelio es el mismo desde el principio.

El oficio mortal y post-mortal de Pedro era edificar la Iglesia sobre la “doctrina de Cristo”.
Este es el deber de cada santo, desde un apóstol hasta un recién converso.
Así como Pedro hubo recibido llaves en la mortalidad, también fue uno de los que confirieron llaves como un mensajero inmortal de la presencia de Dios.
Los obreros fieles de cada dispensación continúan la labor de edificar en el mundo espiritual para que al final el infierno no triunfe.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

José Smith y sus documentos: Una introducción - Parte 1

Explorando lo Semítico y lo Egipcio de los idiomas Uto-Aztecas

Una cuestión valiosa