Rastros Fenicios en Puerto Rico - a un paso del Continente

La colección Nazario.




-PRIMERA PARTE


La colección Nazario, también conocida como "La Biblioteca de Agueybana", "Las Piedras del Padre Nazario", y "Las Piedras Fenicias", es el nombre comúnmente usado para referirse a un depósito de piedras talladas cuyo origen sucede en Guayanilla, Puerto Rico.

Según relatos contemporáneos, las estatuillas hechas de piedras serpentinas locales fueron descubiertas inicialmente por un sacerdote católico José María Nazario y Cancel durante el siglo 19.

Tienen sobre ellas petroglifos sin identificar que se han especulado, por más de 130 años, tienen conexión al Viejo Mundo.

Su locación original no quedaba lejos de Yauco y era subterránea, oculta bajo una losa que escondía un túnel.

Desbordado por la cantidad y lo difícil de transportar una colección que sumaba más de una tonelada, opto por desistir de su operación individual y contrato lugareños que ayudasen a transportar las piedras a su casa, donde llevo a cabo la primera investigación comparándoles a objetos similares procedentes de otros países. Nazario interpolaría su investigación con su fondo religioso, concibiendo la hipótesis de que quizá habría una conexión entre estos y las Diez Tribus Perdidas.

Debido a las consecuencias que una autentificación tendría sobre conceptos aceptados en la historia Pan-Americana (panamericana), la autenticidad de las piezas ha estado en duda desde el principio, y con ello un sin número de investigadores a uno y otro lado del asunto.

A pesar de esto, varios arqueólogos extranjeros viajaron a Puerto Rico para estudiar las piezas. Entre estos que han perseguido la cuestión tenemos al etnógrafo Alphonse Pinart, quien examino las piezas y concluyo que ellas eran “indiscutiblemente autenticas”. El explorador también expreso preocupación ante la posibilidad de que algunas personas podrían tratar de lucrar con falsificaciones.

Localmente, los que se interesaron fueron los historiadores mientras que los arqueólogos no las estudiaron por décadas.

Luego de la muerte de Nazario, la mayoría de las piezas se guardaron en el Instituto de la Cultura Puertorriqueña (ICP), otras lo fueron en UPR e instituciones extranjeras en Nueva York, España, y Paris.

Durante los 1980s, la Colección atrajo al historiador Salvador Tio, quien trato de reclutar un buen de instituciones a la causa de estudiar las piezas. Durante los 2010s, el estudio de las piezas ha sido conducido por personal del departamento de arqueología de la Universidad de Puerto Rico en Utuado. Su arqueólogo principal Reniel Rodríguez decidió usar el método científico para poner a prueba varias características de las piedras y los petroglifos. Entre estas pruebas podemos hablar de un estudio geológico, el cual concluyo que la piedra serpentina puede hallarse de manera natural cerca del lugar del descubrimiento, así que con base en las materias primas utilizadas, los petroglifos pueden haber sido grabados o tallados en lo que hoy conocemos como Puerto Rico haciendo menos obvio la negativa de que unas antigüedades pudieran haberse importado o implantando desde alguna tierra lejana.

Otro aspecto en la investigación de Rodríguez se centra en emplear microscopios de alto poder para determinar la técnica y los instrumentos usados para hacer los surcos de los grabados, lo que permite la detección de un fraude cuando los instrumentos identificados son inexistentes durante la época antigua propuesta. Resultados preliminares de este campo de estudio sugieren que la técnica usada no se parecía a ninguna de las empleadas por los grupos nativos que se conocen de Puerto Rico. Un estudio epigráfico nuevo se está llevando a cabo para determinar los precedentes conocidos para estos petroglifos o sus paralelos más cercanos. Resultados preliminares en esta área de conocimiento han arrojado similitudes entre los petroglifos y el alfabeto líbico-bereber (berbero-líbico) como se constata en las Islas Canarias y el Idioma tartésico de la península ibérica. Ambos con vínculos al idioma fenicio. Durante esta investigación, Rodríguez ha reclutado expertos de la Universidad del Turabo y de la Universidad de Miami. Planeados tienen otros estudios adicionales que incluyen datación por C-14 y pruebas de termoluminiscencia para piezas que presentan evidencia de interacción con fuego.

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