#3 Explorando lo Semítico y lo Egipcio de los idiomas Uto-Aztecas
El método comparativo
La metodología que Stubbs sigue se le llama “el método histórico
comparativo”, el cual, del siglo 19 en adelante, ha tenido un historial extenso
de éxito notable. Calvert Watkins, de entre los mejores Indo Europeanistas y un
ejecutor renombrado del método histórico comparativo, dice lo siguiente: “El Método
Comparativo es una de las más poderosas teorías sobre el lenguaje humano que jamás
se ha propuesto --- y la más uniformemente validada y verificada a lo largo del
mayor periodo de tiempo”.
C.S. Pierce dice lo que la filosofía debiese de hacer, sin
embargo podemos igualmente aplicarlo a lo que el método comparativo sí que hace:
El Método Comparativo imita a…
los métodos de las ciencias logradas, al punto de partir únicamente de premisas tangibles que pueden ser sujetas al escrutinio cuidadoso, y de confiar más bien en la multitud y variedad de sus argumentos por sobre lo concluyente de alguno. Su razonamiento no debería parecer una cadena que no es más fuerte que su eslabón más débil, sino un cable cuyas fibras puedan ser así de delgadas siempre y cuando sean lo suficientemente numerosas y estén íntimamente vinculadas.
La instanciación adecuada del método comparativo
efectivamente requiere premisas tangibles sujetas al escrutinio meticuloso,
apoyarse en una variedad de argumentos lo suficiente numerosa y de relaciones
estrechas, que sea capaz de aclarar los vinculantes entre lenguajes partiendo
del/entendiendose el cambio lingüístico.
Como se aplica en la obra de Stubbs, el método comparativo
produjo “lineamientos en el cambio de los sonidos que permiten una
correspondencia en los sonidos consistente, cientos de aciertos en vocabulario
acordes a estas correspondencias en el sonido, así como emparejamientos
gramaticales y morfológicos”, lo cual ha resultado en vaya cantidad de material
persuasivo/* como un ente cohesivo. Como un todo, estas hebras son
suficientemente numerosas e íntimamente conectadas para pasar por un cable de
apoyo robusto a su hipótesis. La ruta fácil, sin embargo, es ser melindroso y
elegir una hebra o dos que puedan sugerir que no respalda la hipótesis, y con
ello “descalificar” la multitud de hebras que constituyen el todo del cable.
Esto, por supuesto, es una mal usanza descarada de la replicación vista en la deducción
y la experimentación, una característica del método científico.
El método comparativo requiere de formas originales y formas
derivadas en cada lengua hija. Pues hay formas ancestrales y formas derivadas
que son resultado de diferentes conjuntos de reglas en cada lengua hija. Dichas
reglas describen el curso de cambio desde las formas originales hasta los
resultantes estimados hayados en cada lengua hija, como se esboza brevemente
abajo en la Tabla 1. La valía real de este método esta en su poder de predicción,
la habilidad para sistemáticamente hacer sentido de información que de otro
modo seria confusa o incluso desenfatizada de no ser por el ejercicio del método
comparativo. Pero eso no es todo. Consistentemente aplicado, este método suscita
una comprensión en eterna expansión del carácter, la naturaleza, y
especialmente, de las ricas sutilezas que emergen entre idiomas relacionados
--- sus historias y sus tramas posteriores.
Entonces la pregunta de ley es: La obra de Stubbs salva la
brecha de la aparentemente improbable distanciación geográfica y epistemológica
entre las familias de lenguas, la del cercano oriente y la uto-azteca?
Parece evidente que dar respuesta es imposible sin un examen
consciente de lo que este erudito ha cimentado en estándares de lingüística probados.
Puesto que la información y la lógica de su obra se encuentran ahora allí afuera,
para el análisis en grandes ligas. Por supuesto, no sería difícil negar la
totalidad de sus argumentos de entrada sosteniendo que todo intento previo de
conectar algún idioma del Nuevo Mundo a idiomas Europeos o del Cercano Oriente
han sido de tipo amateur, y aún más, cosa risible según los estándares de lingüística
serios; o a razón de que Stubbs es un Mormón, su erudición naturalmente estaría
manchada o salpicada y que por lo tanto seria no digna de confianza según un “expertiz”
parcial y forzado, o que el Semítico y el Egipcio están relacionados (ambos son
Afro-Asiáticos); pero que la distanciación en el tiempo es tanta que se hace
imposible que ambos tengan una correlación con el Uto-Azteca; o que el contacto
lingüístico resulte en idiomas verdaderamente integrados (particularmente el léxico)
es una fenomenología rara; o que sus comparaciones se valen de una variedad de
idiomas: Hebreo pre-Exilio, Arameo, e incluso en ocasiones Arábigo; o que
algunas de las 1500 conexiones semánticas son dudosas --- y demás cosas de este
estilo. No obstante, vuelvo a remarcar que cantidades masivas de información están
a disposición de ser evaluadas en términos del bien establecido método histórico
comparativo. Sin duda el rechazo de su obra por posturas forzadas (de la
audiencia), lejos de lidiar con la información ellos mismos, sería algo injusto
sino es que /engañoso.
Si bien es imposible capturar la extensión y profundidad del trabajo de Stubbs en una reseña --- cualquier evaluación real requiere de la consideración del total de su obra --- podría ser valioso tratar muy brevemente algo de su grosura, algo de la información. Veamos unos pocos ejemplos de los miles listos para inspeccionarse en las muchas entregas de Stubbs.
Comentarios
Publicar un comentario